La tele no te quiere y tampoco quiere al planeta. Ecologistas en Acción convoca la "Semana sin televisión" del 23
al 29 de abril, con el fin de denunciar el modelo de producción
y consumo insostenible social y ambientalmente que las
televisiones celebran y promueven.
Esta idea, proponer que no se encienda la tele durante una semana al
año se originó en 1995 en Estados Unidos. Desde entonces se ha
seguido denunciando el papel que cumple la televisión en la
destrucción del planeta. Ecologistas en Acción quiere poner de
manifiesto el aislamiento que produce en las personas y el deterioro
social y ambiental que promueve mediante la incitación constante a
un consumo irracional.
Detrás de su aparente función de entretenimiento o información se
esconde su verdadero objetivo, que es promover el consumo de los
productos de las compañías que la financian o que son sus
propietarias.
Según la "Directiva Europea de Televisión Sin Fronteras", cada hora
de televisión no debería incluir más de 12 minutos de publicidad (lo
que ya supone un quinto de cada hora con publicidad), un dato
bastante alarmante. A pesar de que en noviembre de 2008 la Comisión
Europea denunció al Estado español por superar los límites que marca
esta directiva ante el Tribunal de Justicia de la UE, el gobierno ha
hecho poco por cambiar esta situación.
Además, las técnicas de publicidad más silenciosas se han
normalizado, como el emplazamiento, técnica en la que el producto o
la marca pasan a formar parte de la trama, asociándose a los
personajes y ambientes de la serie o película donde se insertan.
Según la "Directiva de Servicios Audiovisuales sin Fronteras" que
regula expresamente este tipo de publicidad, circunscribe la
obligación de informar al público de la existencia del emplazamiento
sólo a aquellos programas que hayan sido producidos o encargados por
la cadena de televisión y sus filiales.
Pero los efectos de la televisión van mucho más allá de esta
invasión publicitaria, pues la televisión desplaza las interacciones
de las personas entre sí y con el territorio, y las sustituye por la
contemplación de un espacio virtual seleccionado intencionalmente al
servicio de la comercialización a gran escala. El exceso de horas
delante de la TV hace que el tiempo dedicado a otras formas de ocio
más creativas y menos agresivas se vea sensiblemente reducido, como
por ejemplo, la lectura.
Esta semana persigue poner en cuestión este modelo insostenible que
la televisión celebra cada día. Una semana –al menos- sin ver la
tele para pensar colectivamente sobre ella, y que puede comenzar, ya
que hoy es el día del libro, dedicando más tiempo a la lectura.
Tríptico: La tele no te quiere
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